lunes, 11 de mayo de 2009

Hidratos de carbono y fibras



Aunque no existe evidencia de que la ingesta de hidratos de carbono de la dieta modifique los niveles de las lipoproteínas sanguíneas, se ha observado que la sustitución de las grasas saturadas por hidratos de carbono en la dieta, reduce los valores de colesterol total en sangre. Por otro lado, un incremento en la ingesta de hidratos de carbono desplazará parte de la grasa de la dieta, por lo que puede ejercer un efecto beneficioso en este sentido.
La fibra dietética, principalmente la soluble, disminuye el colesterol total en sangre, ya que elimina ácidos biliares por las heces e inhibe la síntesis endógena de colesterol. Además de estos efectos directos, la fibra contenida en los alimentos de la dieta también puede sustituir las grasas de la dieta, especialmente las grasas saturadas, observándose un efecto protector del consumo de fibra en relación con la enfermedad cardiovascular. Así mismo se ha visto una relación inversa entre la ingesta de fibra y la tensión arterial.
El consumo de fibra aconsejado es de 25-30 gramos al día, de los que 6-10 gramos deberían proceder de la fibra soluble, por lo que se aconseja una ingesta regular de frutas, hortalizas y legumbres, así como de cereales. En cuanto a los suplementos de fibra, existe controversia en cuanto a su idoneidad, por lo que siempre que sea posible se aconseja que la fibra proceda de los alimentos de la dieta

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