lunes, 11 de mayo de 2009

¿QUE ES LA ALIMENTACION Y NUTRICION?


La alimentación, tiene que ser una de las principales preocupaciones del ser humano. De la alimentación, dependerá en gran medida, que el ser humano lleve una vida saludable.

La alimentación debe ser, por sobre todas las cosas, balanceada. No hay que ingerir un solo grupo de comidas, ni tampoco, exagerar en la ingesta de un tipo de alimento.
Por lo mismo existe la pirámide de los alimentos. En la cual, el primer grupo, está compuesto por los cereales, el arroz, etc. Este primer nivel, demuestra la prioridad que hay que darle a estos alimentos. O sea, la primera. Luego vienen las verduras y las frutas. Asimismo, las carnes de vacuno, ave y cerdo. Como último y esto es lo más importante de la misma, las grasas y azúcares. En una buena alimentación, hay que evitar la ingesta de ambas, al mínimo. Ya que las dos, tanto grasa, como azúcar, pueden provocar gravísimas enfermedades al organismo. Como la diabetes y los problemas cardíacos, por acumulación de colesterol en las arterias.
Por lo mismo se dijo, que hay que mantener siempre, una alimentación balanceada. El hombre no vive para comer, sino que come, para vivir.

Los hábitos dentro de la alimentación, deben ser generados desde que la persona es muy pequeña. En los niños hay que trabajar la alimentación. Ya que cuando se es adulto, es muy difícil lograra un cambio en las costumbres de alimentación, que tenga aquella persona. Con el tema de los niños, es más que nada, ya que cuando se es pequeño, se van creando las células adiposas. Con son las que van a ir acumulando grasa durante nuestro trayecto por la vida. Y entre más grandes sean cuando uno es pequeño, más probabilidad de ser obeso, tendrá uno de ser cuando adulto. Por lo mismo, dentro de la alimentación de un niño, se debe incorporar todo tipo de alimento, a excepción de las grasas y los azucares.

La alimentación es base, para poder llegar de la mejor forma, cuando uno sea un adulto mayor. Comúnmente, aquellas personas que no cuidaron su alimentación al momento de ser jóvenes, llegan muy mal a su vejez. Con varios problemas en el organismo y un sobrepeso, que dificulta, su ya complejo vivir.
La nutrición es el proceso a través del cual el organismo absorbe y asimila las substancias necesarias para el funcionamiento del cuerpo. Este proceso biológico es unos de los más importantes determinantes para el óptimo funcionamiento y salud de nuestro cuerpo por lo que es muy importante prestarle la atención y el cuidado que merece.

La nutrición como ciencia, hace referencia a aquellos nutrientes que contienen los alimentos y todos los efectos y consecuencia de la ingestión de estos nutrientes.
Es importante separa el concepto de nutrición del de alimentación ya que este se refiere más al acto consciente de ingerir alimentos y la manera como se ingieren, más que la función de estos nutrientes en el organismo.
La nutrición en general es la que se ocupa de solventar las necesidades energéticas del cuerpo aportándole los hidratos de carbono necesarios, las grasas, las vitaminas, proteínas y todas aquellas sustancias que requiere el cuerpo para poder desarrollar las actividades cotidianas.

Alimentos que engordan y otros que adelgazan...


Aunque hay matices que pueden influir en el control de peso, como la distribución horaria, supresión del desayuno, aumento en el consumo de grasa, etc., el principal condicionante es la ingesta de calorías. Cuando esta supera al gasto aumenta el peso (no necesariamente en proporción al exceso), y cuando la ingesta energética es inferior al consumo de energía sucede lo contrario.
Lo que influye es la dieta total y no un alimento concreto, sin embargo algunos productos tienen una injustificada mala fama, en el control de peso. Concretamente el pan, pasta y carnes, son algunos de los más frecuentemente citados como alimentos a limitar en las dietas de adelgazamiento. Mientras que otro se considera que adelgazan (vinagre, pomelo, etc.) o que tienen calorías negativas (que no existen).
Por otra parte, algunas personas que desean adelgazar creen conveniente limitar el consumo de diversos componentes de la dieta (agua, bebidas con gas, sal, vitaminas, etc.) que nada tienen que ver con el problema del exceso de grasa corporal, por ejemplo la sal podría aumentar el peso por retención de líquido, pero sería un incremento de peso transitorio, pues salvo que la persona tenga una patología, en unos días elimina el exceso de sal y los líquidos retenidos.

¿Todo lo natural es sano?

Un error considerar que todo lo natural es sano y que el tratamiento industrial o culinario de los alimentos destruye su valor nutritivo y su influencia positiva en la Salud.
Muchas de las técnicas modernas de procesado (congelación, enlatado, cocinado con microondas, etc.) ayudan a retener el valor nutricional de los alimentos, y a garantizar, en mayor medida, su seguridad. De igual manera, algunos alimentos naturales (como ejemplo más claro podemos citar a las setas venenosas) no son sanos o seguros.
Las industrias seleccionan materias primas, mejoran sus procesos y dan una fecha de consumo preferente para sus productos, todos estos esfuerzos no pueden ser menospreciados.
Es evidente que tiene que haber controles respecto a que aditivos se pueden utilizar y cuales conviene evitar, pero son las autoridades sanitarias las que deben asumir y de hecho asumen, esta responsabilidad. Los consumidores no pueden convertirse en expertos en este terreno, controlando los conservantes y, colorantes añadidos a los alimentos y contrastando con los reseñados, en alguna lista, como peligrosos, dado que muchas de estas listas están equivocadas o anticuadas, algunas no citan como peligrosos aditivos que hace tiempo se han prohibido o indican que conviene evitar ingredientes que no plantean ningún problema.
En este mismo sentido, no siempre lo “casero” es mejor, pues los ingredientes comprados, la manipulación, cocinado, almacenamiento, etc., de los alimentos, puede variar considerablemente de un hogar a otro. Igual que no todas las industrias o restaurantes son iguales en el control microbiológico y nutricional de los alimentos, tampoco las casas son todas iguales y el que un alimento sea “casero” no es garantía de calidad. De hecho la mayor parte de los casos de salmonelosis, que se han presentado en los últimos años, se han debido a una inadecuada manipulación y conservación de los alimentos en el hogar.

Clasificar los alimentos en buenos y malos

Es una práctica frecuente y muy equivocada, dado que ningún alimento es perfecto, completo y ningún alimento (tomado en cantidad adecuada) es perjudicial.
Es necesario conseguir una dieta correcta y un alimento aislado no puede transformar una alimentación inadecuada en adecuada, tampoco el consumo, esporádico, de un producto concreto puede hacer que una dieta correcta deje de serlo.
Sólo las pautas de carácter general encaminadas a mejorar la salud global del individuo son útiles, pero normalmente conviene que protejan frente a todas las patologías, y no frente a una en concreto.
En ocasiones al intentar evitar el consumo de un alimento, que se valora negativamente, en relación con la salud, control de peso, control de colesterol, etc., conseguimos un aporte de nutrientes insuficiente o una dieta total que perjudica nuestra salud en relación con otras patologías o incluso en relación con el problema que nos preocupaba inicialmente.
Cualquier pauta que agrupe los alimentos en recomendados y no recomendados, o en buenos y malos, es cuestionable. Lo correcto es establecer las proporciones concretas en el consumo de alimentos que permiten conseguir un beneficio sanitario, pero garantizando el mantenimiento de una buena situación nutricional.

Tabla de ingesta recomendable

Dado el carácter eminentemente práctico de las tablas de ingestas recomendadas, al emplearlas, es necesario tener en cuenta algunos aspectos que se comentan a continuación:
Son específicas para un país determinado. Cada país debe elaborar sus propias tablas, ya que aunque no suelen existir grandes diferencias cuantitativas entre ellas, siempre hay matices que recogen las particularidades de cada población.
Las cantidades indicadas en las tablas, se refieren a personas sanas, que no fuman, ni consumen alcohol o fármacos habitualmente, puesto que algunas patologías, o el consumo habitual de tabaco, alcohol o algunos fármacos, pueden demandar una cantidad diferente de algunos nutrientes. Ejemplos típicos son las interacciones entre algunos anticonvulsivantes y el ácido fólico o la interacción entre vitamina C y tabaco, que hace que los fumadores necesiten ingerir mayores cantidades de vitamina C que las expresadas en las tablas.
Los valores que aparecen en ellas, solo son aplicables a personas de peso y talla medios, ya que la cantidad de energía (para mantener el peso) y de otros nutrientes, que necesita el organismo varía en función del peso.
Para conocer, de un modo más exacto, las ingestas recomendadas de energía se debe calcular, en primer lugar, el gasto metabólico basal a partir de las ecuaciones propuestas (que difieren en función de la edad y sexo del individuo), multiplicando después, este valor, por un coeficiente de actividad, en función de que la actividad dominante realizada a lo largo del día sea ligera, moderada o activa.
La ingesta recomendada de las vitaminas B1, B2 y B6, se establece en función de la ingesta recomendada de energía, concretamente 0,4 mg/1000 Kcal., 0,6 mg/1000 Kcal. y 6,6 mg/100 Kcal., respectivamente, debido a su participación en el metabolismo energético. Este hecho, obliga a recalcular las recomendaciones de estas vitaminas en personas cuyas necesidades de energía difieran de las expresadas en estas tablas.
Todas las ingestas recomendadas (tanto de energía como de los diversos nutrientes), se expresan en cantidad a ingerir por persona y día, (por ejemplo, la cantidad de vitamina C que debe ingerir un varón de 41 años de edad es de 60 mg al día). Esto no quiere decir, en cambio, que sea estrictamente necesario ingerir esa cantidad todos los días, sino que bastará con que la ingesta media de una serie de días (en torno a 10 o 15) cubra la cantidad.
En principio, las cantidades de energía y nutrientes expresadas en las tablas de ingestas recomendadas, son cantidades a cubrir de forma exclusiva a partir de los alimentos que componen la dieta, y no a través del consumo de suplementos, ya que existen componentes de los alimentos con efectos probados en la salud (como por ejemplo el licopeno), para los cuales todavía no existen suficientes conocimientos como para establecer recomendaciones, y cuya ingesta sólo se podrá lograr con la dieta. Sin embargo, estos aportes pueden ser útiles cuando sea imposible cubrir las necesidades solo a partir del consumo de alimentos, como ocurre, por ejemplo, en el caso de las mujeres en edad fértil, a las que se recomienda suplementar la dieta con 400 microgramos/día de ácido fólico para prevenir malformaciones congénitas en los descendientes.

¿Cuales son los principales problemas nutricionales en el mundo?

Nosotros, Ministros y Plenipotenciarios, representantes de 159 Estados ... declararnos nuestro firme empeño en eliminar el hambre y reducir todas las formas de malnutrición. El hambre y la malnutrición son inaceptables en un mundo que posee a la vez los conocimientos y los recursos necesarios para acabar con esta catástrofe humana.

Estas son las frases iniciales de la Declaración Mundial sobre Nutrición, adoptada por la Conferencia Internacional de Nutrición (CIN) que realizó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Roma, en diciembre de 1992. Esa importante conferencia (Foto 1), revisó la situación actual de la nutrición en el mundo y sentó las bases para lograr una reducción significativa de estas condiciones inaceptables para la humanidad. Es posible alcanzar la meta de la CIN, pero la mayor parte del trabajo deberá ser realizado por los países en desarrollo con su propia gente. Sin embargo, es también esencial el trabajo cooperativo entre las naciones y el concurso de diversas disciplinas.

El propósito de este libro consiste en ayudar a proseguir los nobles objetivos de la CIN. Se espera que un texto amplio que describa la naturaleza de los problemas, sus causas y las formas de abordarlos pueda ser de gran utilidad. Además, una revisión sucinta que destaque los temas alimentarios y de nutrición a nivel internacional, puede facilitar una perspectiva global de los asuntos más importantes.

La declaración de la CIN continúa así:

(...) Reconocemos que mundialmente hay alimentos suficientes para todos y que el problema principal es el acceso desigual a esos alimentos. Teniendo en cuenta el derecho a un nivel de vida adecuado, incluida la alimentación, que se expresa en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nos comprometemos a actuar solidariamente para lograr que la eliminación del hambre llegue a ser una realidad. Declaramos, asimismo nuestro firme compromiso de actuar juntos para asegurar un bienestar nutricional duradero a todos, en un mundo pacífico, justo, pacífico y con un ambiente sano.

A pesar de la notable mejoría en la esperanza de vida, la alfabetización de los adultos y el estado nutricional en todo el mundo, observamos con la mayor preocupación el hecho inaceptable de que unos 780 millones de habitantes de los países en desarrollo - 20 por ciento de su población - no tienen todavía acceso a suficientes alimentos para satisfacer sus necesidades básicas diarias a fin de lograr el bienestar nutricional.

Nos angustian sobre todo la elevada prevalencia y el número creciente de niños menores de cinco años malnutridos en Asia, África y América Latina. Por otra parte, más de 2 000 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, sufren carencias de uno o varios micronutrientes: siguen naciendo niños con retraso mental a causa de la carencia de yodo, hay niños que quedan ciegos y mueren por falta de vitamina A; la carencia de hierro repercute negativamente en un número enorme de mujeres y niños. Cientos de millones de personas padecen enfermedades transmisibles y no transmisibles causadas por los alimentos y agua contaminados. Al mismo tiempo, enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la ingestión dietética excesiva o desequilibrada causan frecuentemente muertes prematuras tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
MAGNITUD DEL PROBLEMA

La malnutrición proteinoenergética (MPE), la carencia de vitamina A, los trastornos por carencia de yodo (TCY) y las anemias nutricionales - sobre todo por carencia de hierro o pérdidas de hierro - son los problemas nutricionales más serios y de mayor prevalencia en casi todos los países de Asia, África, América Latina y el Cercano Oriente.

El documento El estado de la inseguridad alimentaría en el mundo preparado por la FAO, revisa toda la información reciente y disponible sobre la prevalencia del hambre y la malnutrición, y proporciona un cálculo global para las diversas regiones del mundo. La FAO actualizó los datos de población subnutrida del mundo (Cuadro 1) y la OMS actualizó las estimas de carencias de yodo, vitamina A y hierro en 1995 (Cuadro 2). Las cifras sugieren que aproximadamente una de cada cinco personas del mundo en desarrollo presentan subnutrición crónica, 192 millones de niños sufren de MPE y más de 2 000 millones tienen carencias de micronutrientes. Además, las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta, como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebro-vasculares, la diabetes y algunas formas de cáncer, existen o emergen como problemas de salud pública en muchos países en desarrollo.

Aunque estas cifras y tendencias son alarmantes, se ha progresado en la reducción de la prevalencia de los problemas nutricionales, y muchos países han tenido un éxito notable en el manejo de los problemas del hambre y la malnutrición. Para los países en desarrollo, como un todo, ha habido desde principios de la década de 1980 un consistente descenso en la cifra relativa de personas en subnutrición. Entre 1979 y 1981, el 29 por ciento de la población se encontraba en subnutrición, si se comparan con el 18 por ciento de 1996 a 1998. El reto actual - y alcanzable - es mantener y acelerar el progreso que se ha obtenido.

Los datos indican una mejoría de la situación nutricional de la población infantil en el mundo en desarrollo, lo que ha significado una reducción en cifras absolutas de 37,7 millones de niños malnutridos. Mientras Asia y América Latina y el Caribe, muestran notables avances, en el África subsahariana se observa una tendencia a un deterioro global de la región. Esta tendencia significa que en ese período el número de niños con malnutrición proteinoenergética aumentó de 22,5 millones a 38,3 millones, es decir, un 70 por ciento. Hace excepción la subregión del África subsahariana que muestra un avance positivo en el período (Cuadro 3).

Numerosas estadísticas nutricionales muestran el número de personas con una carencia suficientemente identificada. Sin embargo, las poblaciones «en riesgo» no se descubren con frecuencia. En nutrición, tal como en salud pública, las personas consideradas en riesgo de desarrollar malnutrición deberían ser una preocupación prioritaria. La prevención es más factible y costo-eficiente, si se identifican los grupos en riesgo y se comprenden claramente las causas de la malnutrición.

Uno de los aspectos más dramáticos de la situación global de nutrición es la magnitud de la carencia de alimentos, el hambre y la inanición. Aunque se ha logrado un buen progreso, en prevenir carencias agudas de alimentos, especialmente en Asia, estas horribles situaciones persisten en el mundo entero. Su ocurrencia se atribuye comúnmente a las sequías y otros desastres naturales, pero la guerra, los disturbios civiles y la inestabilidad política, tienen gran importancia. A mediados de la década de 1990, el hambre y la malnutrición resultante de las luchas civiles constituyeron graves problemas en muchas partes del mundo, inclusive Europa (particularmente la ex-Yugoslavia), Asia (por ejemplo Afganistán), el Lejano Oriente (Irak) y con más extensión en África. De manera trágica, la lucha civil afecta con suma frecuencia, no sólo a los países en disturbio, sino también a aquellos que brindan hospitalidad a los refugiados que abandonan sus hogares por el terror. A mediados de 1994, la República Unida de Tanzania aceptó aproximadamente 500 mil refugiados de Rwanda, la mayoría de ellos en menos de una semana. Su llegada duplicó la población de esta región, ya pobre en recursos, que les dio la bienvenida lo mejor que pudo. El influjo causó una enorme presión sobre los recursos locales y requirió de un importante esfuerzo a nivel internacional para prevenir el aumento de los problemas de nutrición y salud entre la población local, al igual que para evitar los mismos problemas entre los refugiados.

BULIMIA Y ANOREXIA



Entre las diferentes dificultades alimentarias que puede presentar una persona, las de mayor difusión son la bulimia y la anorexia. En los hechos resulta hasta enmarañado separarlas como entidades distintas, quizás se deberían llamar: "Dificultades en relación a la alimentación" como manera general. Existen algunas expresiones clínicas bastante generalizadas pero es discutible si es que existiría una patología específica o se trataría sólo de manifestaciones fenomenológicas inscriptas en otro tipo de clasificaciones. En general han cobrado difusión tanto la bulimia como la anorexia, por una parte porque desde finales del siglo veinte la casuística ha aumentado considerablemente, por otro lado han sido tomadas con bastante espacio en los medios de comunicación, porque determinadas personas e instituciones han mantenido una permanente campaña de difusión, incorporándolas en la agenda social.

Según ALUBA (Asociación de lucha contra la bulimia y la anorexia de Argentina) las pautas culturales han determinado que la delgadez sea sinónimo de éxito social. Muchos (...) jóvenes luchan para conseguir el "físico ideal" motivados por modelos, artistas o por la publicidad comercial (...) la BULIMIA y la ANOREXIA NERVIOSA, dos complejas enfermedades alimentarias.

Existen signos visibles característicos de la BULIMIA:
o Preocupación constante por la comida (habla de peso, calorías, dietas...).
o Atracones, come de forma compulsiva, esconde comida.
o Miedo a engordar.
o Acude al lavabo después de comer.
o Vómitos autoprovocados, abusa de laxantes o diuréticos.
o Usa fármacos para adelgazar.
o Realiza regímenes rigurosos y rígidos.
Signos fisiológicos: Modificación del carácter (depresión, sentimientos de culpa u odio a sí mismo, tristeza, sensación de descontrol...) Severa autocrítica. Necesidad de recibir la aprobación de los demás respecto a su persona. Cambios en la autoestima en relación al peso corporal. Inflamación de las parótidas. Pequeñas rupturas vasculares en la cara o bajo los ojos. Irritación crónica de la garganta. Fatiga y dolores musculares. Inexplicable pérdida de piezas dentales. Oscilaciones de peso (5 ó 10 Kg, arriba o abajo).
En cuanto a la ANOREXIA, los signos visibles:
• Conductas patológicas Conducta alimentaria restrictiva (poca cantidad de comida) o dietas severas. Rituales con la comida como: contar calorías, descuartizar la comida en trozos pequeños, preparar comida para otros y no comer.
• Miedo intenso a engordar, luchando por mantener el peso por debajo de lo normal.
• Temor a verse obligado a comer en sociedad (fiestas, reuniones familiares...).
• Hiperactividad (exceso de gimnasia u otros deportes).
• Esconder el cuerpo debajo de ropa holgada.
• Negarse a usar ropa de baño y que vean su cuerpo.
• En ocasiones, atracones y uso de laxantes o diuréticos. Abuso de edulcorantes.
Signos fisiológicos: Pérdida progresiva de peso (con frecuencia sucede en un período breve). Falta de menstruación o retraso en su aparición sin causa fisiológica conocida. Palidez, caída del cabello, sensación de frío y dedos azulados. Debilidad y mareo Cambio de actitud: Cambio de carácter (irritabilidad, ira). Sentimientos depresivos. Inseguridad en cuanto a sus capacidades. Sentimientos de culpa y autodesprecio por haber comido o por hacer ayuno. Aislamiento social.
En ambas patologías (bulimia y anorexia) si las personas no se tratan pueden llegar a la muerte como causa de la enfermedad. Peligra su salud (...) problemas en (estudios) el trabajo, con la familia y sociedad. Perderán la autoestima y se deteriorará su personalidad. No conseguirán independencia ni autosuficiencia. Posiblemente no consigan la inserción social necesaria. Con el tiempo, se tiene muy baja calidad de vida pudiendo aparecer ideas o actos de suicidio. En este sentido Aluba recomienda, que se necesita la colaboración de todos. De una institución organizada. De un equipo interdisciplinario especializado en patología de la alimentación. De un grupo de autoayuda que incentive al paciente a cumplir su proyecto de vida. De un grupo de autoayuda para padres que optimice los esfuerzos de ayuda, la comunicación y la convivencia familiar, así como el desarrollo personal de todos y cada uno de sus miembros. De unos amigos que entiendan la enfermedad y ayuden a su curación.

Según el psicoanálisis (escuela francesa):
No se puede hablar de psicopatología específica para bulimia o la anorexia, en todo caso se trata de manifestaciones clínicas o fenomenológicas enmarcadas en una estructuración mayor. Desde el psicoanálisis y desde otras posturas también, al no explicar estas entidades desde el punto de vista de causa - efecto - culpa, se pierde la posibilidad "publicitaria" de explicar para el público masivo y de manera simple las características particulares. Pero cabe aclarar que se rompe la idea generalizada que la imagen occidental de la mujer delgada, favorezca o sea "causante" de patologías alimentarias. Se trata más bien de provocar un vacío estructural frete a la demanda incolmable del Otro (con mayúsculas). Así, se produce un comer "nada" o comer "todo", de intentar fallidamente la provocación de una metáfora simbólica que limite la perdida del ser del sujeto. La noción de deseo se liga estructuralmente a la noción de falta, en este sentido cabe la ejemplificación mítica, donde un niño atiborrado con la comida puede llegar a rehusar alimentarse recreando simbólicamente (aunque fallidamente) una falta que se tapona con el cumplimiento de las necesidades. En este sentido el rechazo del alimento cobra la dimensión deseante. Un vacío provocando como elemento restitutivo, algo que rompe el todo (la nada), o algo que descompleta al todo, el (vomito). En este sentido en el caso de la histeria (importante número de casos) demuestra con su fantasmática de la problemática deseante no recae sobre un objeto particular (en este caso la comida), sino que se desplaza permanentemente porque en definitivamente se dirige a una falta. Si se habla entonces del orden de la histeria sería en la intimidad, sin escenas, no pudiendo terminar de enterarse del cuerpo, de la sexualidad, de allí la posición infantil, y del rehusamiento a la vida sexual o la amenorrea, porque la energía libidinal esta puesta al sevicio del síntoma. Por otro lado psicoanalíticamente no podría hablarse de "fenómeno psicosomático", porque lo psicosomático es del orden lesional y aquí se trata del orden funcional, porque adelgazar es una consecuencia del no comer, y no al revés. Según los casos puede hablarse del orden de la fobia (a los alimentos). Del orden de la psicosis, aunque este sería otro diagnóstico, se trataría de una expresión clínica pero no anorexia o bulimia.. Es claro que no sería del orden perverso, porque si bien reniega del alimento y de su cuerpo (su esquema corporal se encuentra deteriorado), lo hace desde la neurosis en relación al goce fálico. En el caso de la bulimia los rituales remiten a rasgos obsesivos, pero solo en un sentido descriptivo, no estructuralmente.

SOBREPESO Y OBESIDAD




¿QUÉ SON LA OBESIDAD Y EL SOBREPESO?

La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
El índice de masa corporal (IMC) —el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2)— es una indicación simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos, tanto a nivel individual como poblacional.
El IMC constituye la medida poblacional más útil del sobrepeso y la obesidad, pues la forma de calcularlo no varía en función del sexo ni de la edad en la población adulta. No obstante, debe considerarse como una guía aproximativa, pues puede no corresponder al mismo grado de gordura en diferentes individuos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30. Estos umbrales sirven de referencia para las evaluaciones individuales, pero hay pruebas de que el riesgo de enfermedades crónicas en la población aumenta progresivamente a partir de un IMC de 21.
Los nuevos Patrones de crecimiento infantil presentados por la OMS en abril de 2006 incluyen tablas del IMC para lactantes y niños de hasta 5 años. No obstante, la medición del sobrepeso y la obesidad en niños de 5 a 14 años es difícil porque no hay una definición normalizada de la obesidad infantil que se aplique en todo el mundo. La OMS está elaborando en la actualidad una referencia internacional del crecimiento de los niños de edad escolar y los adolescentes.

DATOS SOBRE LA OBESIDAD Y EL SOBREPESO

Los últimos cálculos de la OMS indican que en 2005 había en todo el mundo:
• Aproximadamente 1600 millones de adultos (mayores de 15 años) con sobrepeso.
• Al menos 400 millones de adultos obesos.
Además, la OMS calcula que en 2015 habrá aproximadamente 2300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad.
En 2005 había en todo el mundo al menos 20 millones de menores de 5 años con sobrepeso.
Aunque antes se consideraba un problema exclusivo de los países de altos ingresos, el sobrepeso y la obesidad están aumentando espectacularmente en los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en el medio urbano.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA OBESIDAD Y EL SOBREPESO?

La causa fundamental de la obesidad y el sobrepeso es un desequilibrio entre el ingreso y el gasto de calorías. El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad es atribuible a varios factores, entre los que se encuentran:
• La modificación mundial de la dieta, con una tendencia al aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes.
• La tendencia a la disminución de la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchos trabajos, a los cambios en los medios de transporte y a la creciente urbanización.

¿CUÁLES SON LAS REPERCUSIONES FRECUENTES DEL SOBREPESO Y LA OBESIDAD EN LA SALUD?

El sobrepeso y la obesidad tienen graves consecuencias para la salud. El riesgo aumenta progresivamente a medida que lo hace el IMC. El IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades crónicas, tales como:
• Las enfermedades cardiovasculares (especialmente las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales), que ya constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo, con 17 millones de muertes anuales.
• La diabetes, que se ha transformado rápidamente en una epidemia mundial. La OMS calcula que las muertes por diabetes aumentarán en todo el mundo en más de un 50% en los próximos 10 años.
• Las enfermedades del aparato locomotor, y en particular la artrosis.
• Algunos cánceres, como los de endometrio, mama y colon.
La obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte prematura y discapacidad en la edad adulta.
Muchos países de ingresos bajos y medios se enfrentan en la actualidad a una doble carga de morbilidad:
• Siguen teniendo el problema de las enfermedades infecciosas y la subnutrición, pero al mismo tiempo están sufriendo un rápido aumento de los factores de riesgo de las enfermedades crónicas, tales como el sobrepeso y la obesidad, sobre todo en el medio urbano.
• No es raro que la subnutrición y la obesidad coexistan en un mismo país, una misma comunidad e incluso un mismo hogar.
• Esta doble carga de morbilidad es causada por una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la primera infancia, seguida del consumo de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y con escasos micronutrientes, combinada con la falta de actividad física.

¿CÓMO REDUCIR LA CARGA DE OBESIDAD Y SOBREPESO?

La obesidad, el sobrepeso y las enfermedades relacionadas con ellos son en gran medida evitables.
A nivel individual, las personas pueden:
• Lograr un equilibrio energético y un peso normal.
• Reducir la ingesta de calorías procedentes de las grasas y cambiar del consumo de grasas saturadas al de grasas insaturadas.
• Aumentar el consumo de frutas y verduras, legumbres, granos integrales y frutos secos.
• Reducir la ingesta de azúcares.
• Aumentar la actividad física (al menos 30 minutos de actividad física regular, de intensidad moderada, la mayoría de los días). Para reducir el peso puede ser necesaria una mayor actividad.
La puesta en práctica de estas recomendaciones requiere un compromiso político sostenido y la colaboración de muchos interesados, tanto públicos como privados. Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen funciones fundamentales que desempeñar en la creación de ambientes sanos y en hacer asequibles y accesibles alternativas dietéticas más saludables. Esto es especialmente importante para los sectores más vulnerables de la sociedad (los pobres y los niños), cuyas opciones con respecto a los alimentos que consumen y a los entornos en los que viven son más limitadas.
Las iniciativas de la industria alimentaria para reducir el tamaño de las raciones y el contenido de grasas, azúcares y sal de los alimentos procesados, incrementar la introducción de alternativas innovadoras, saludables y nutritivas, y reformular las actuales prácticas de mercado podrían acelerar los beneficios sanitarios en todo el mundo.

DIABETES

Las células beta de los islotes de Langerhans del páncreas sintetizan un péptido llamado insulina, que tiene carácter hormonal y se encarga de controlar la captación, utilización y almacenamiento de nutrientes por las células. La liberación de insulina a la sangre para ejercer su acción endocrina, se produce principalmente como respuesta al aumento en la circulación de glucosa, aunque también actúan sobre su secreción otros sustratos metabólicos (aminoácidos y ácidos grasos). La secreción de insulina se regula por medio de la interacción con hormonas gastrointestinales, hormonas pancreáticas y neurotransmisores del sistema nervioso autónomo. La insulina circula libre en la sangre y su volumen de distribución se aproxima al del líquido extracelular. Después de la comida se produce un rápido aumento de la concentración de insulina en la vena porta, seguida de un ligero aumento en la circulación periférica.
Las acciones anabólicas de la insulina comprenden la estimulación del uso y almacenamiento intracelulares de glucosa, aminoácidos y ácidos grasos, mientras bloquea los procesos catabólicos, como la desintegración de glucógeno, proteína y grasa. Estas acciones se logran mediante la estimulación de unos receptores específicos de insulina, situados en la membrana celular de casi todas las células de nuestro cuerpo. La vida media de la insulina en plasma es de cinco a seis minutos. La insulina se destruye principalmente en el hígado, riñones y músculo, alrededor del 50% de la insulina que llega al hígado por la vena porta se destruye y nunca llega a la circulación general, aunque sí afecta al metabolismo hepático.

La dieta en la diabetes

Los objetivos de la terapia dietética en los individuos con diabetes, como se ha indicado por la American Dietetic Association (ADA), serían: la normalización de los niveles sanguíneos de glucosa, la optimización de los valores de lipoproteínas, el aporte de energía y nutrientes en cantidades adecuadas para mantener un peso corporal correcto y prevenir complicaciones agudas y crónicas. Específicamente para pacientes con diabetes tipo 2 hay dos actuaciones principales para alcanzar estos objetivos: actuar en la composición de la dieta y reducir la ingesta total de energía para intentar eliminar la insulinoresistencia.
Como ya hemos dicho, existe una clara relación entre obesidad y resistencia a la insulina. De hecho, en los países occidentales entre el 60 y el 90% de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso, por lo que el control de la energía ingerida es esencial en el control de estos pacientes. También debemos de tener en cuenta que el nivel de insulinorresistencia producida por el tejido adiposo puede variar para cada individuo. El exceso de grasa en algunos sujetos con diabetes tipo 2 tiende a localizarse en la cintura y algunos sujetos que según los patrones de peso-talla no serían obesos, realmente si pueden tener exceso de adiposidad. Por tanto, todos los sujetos con diabetes tipo 2 pueden beneficiarse de una dieta con restricción calórica. Así pérdidas de un 5 a un 10% en el peso corporal producen también beneficios en el control de la glucemia de sujetos con diabetes tipo 2 sin sobrepeso.
Las dos posibilidades de abordar el problema serían o bien con una restricción moderada de la ingesta calórica de entre 250 y 500 Kcal. por día, para conseguir una pérdida de peso gradual, o utilizar una dieta muy baja en calorías (menos de 800 Kcal./día), que proporciona una rápida pérdida de peso, mejoras también rápidas en los niveles de glucosa y lípidos sanguíneos y bajada de la presión sanguínea, pero que debe seguir una adecuada supervisión y un cuidado extremo en incluir en ese bajo paquete calórico una ingesta proteica suficiente (entre 1,0 y 1,4 g/Kg. de peso ideal y día) y un nivel adecuado de vitaminas, electrolitos y agua. Este tipo de de dieta muy baja en calorías, solamente estaría indicada en pacientes con un índice de masa corporal por encima de 30 Kg. /m2, pero no en individuos con sobrepeso moderado; además este tipo de dietas no garantizan el mantenimiento de la pérdida de peso que producen y tienen efectos colaterales no deseables como arritmias, anemia, trastornos nerviosos, estreñimiento, fatiga e irregularidades menstruales. Una vez conseguida la reducción de peso, queda algo aún más difícil: su mantenimiento; para ello es fundamental continuar con el control de la ingesta calórica y, si es posible, incrementar la actividad física, lo que nos permite aumentar la ingesta calórica sin aumentar la grasa corporal. Además debemos de tener en cuenta que el ejercicio físico, al permitir la captación de glucosa por el músculo de forma no dependiente de la insulina, reduce las necesidades de esta hormona. En cuanto a la distribución de la ingesta debe realizarse en 3-5 comidas por día, pues la ingesta repartida en múltiples pequeñas comidas reduce los lípidos séricos, lipoproteínas, insulina y los niveles séricos postprandiales de glucosa frente a la misma ingesta distribuida en un número reducido de comidas.
La composición de la dieta es un factor que, como es obvio, va a tener también una gran influencia en el éxito de la dieta en el control de la enfermedad. En este sentido, debemos de tener en cuenta como objetivo principal, que en una ingesta calórica restringida debemos incorporar los nutrientes necesarios para cubrir las necesidades del individuo, teniendo en cuenta que para algunos de ellos, como es el caso de la proteína, están incrementadas en relación a la población sana.

NUTRICION Y OSTEOPOROSIS


La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por una disminución de la masa ósea. El hueso se vuelve más poroso y frágil, con lo que es menos resistente a los golpes y puede romperse con mayor facilidad.
• Es una enfermedad frecuente. En España lo padecen unos 3 millones de personas, y afecta principalmente a las mujeres después de la menopausia y a los ancianos en general.
• Se le ha llamado la "enfermedad silenciosa", ya que la pérdida de hueso no duele y no presenta síntomas. Casi siempre el primer signo de la osteoporosis es la fractura del hueso debilitado, principalmente de cadera, muñeca o discos vertebrales, lo que origina dolores y deformidades. Se estima que el 20% de los pacientes que han sufrido una fractura de cadera fallecen en los seis primeros meses, y muchos quedan inválidos y requieren cuidados especiales.
• Hoy se reconoce que la osteoporosis de produce por la adquisición de un pico de masa ósea insuficiente al final del desarrollo del esqueleto, o por una pérdida rápida de masa ósea durante etapas posteriores de la vida. La mayoría del hueso adulto se constituye durante la niñez y adolescencia, alcanzándose el pico de masa ósea en torno a los 20 años de edad. Por eso es importante durante todos estos años un aporte adecuado de todos los nutrientes implicados en el desarrollo del hueso, para conseguir la mayor masa ósea posible.

Factores que influyen en la osteoporosis

Algunos de los factores que condicionan el pico de masa ósea que se alcanza son:
• Sexo: la densidad de los huesos es mayor en varones que en mujeres. Antes de la pubertad, la ganancia de masa ósea es similar en niños y niñas, pero después de esta etapa, los varones tienden a alcanzar mayor masa ósea que las chicas.
• Raza: la masa ósea es mayor en la raza negra que en caucásicos y asiáticos.
• Factores hormonales: las hormonas sexuales, como estrógenos y testosterona, son esenciales para el desarrollo de la masa ósea. Las niñas que comienzan la menstruación a edades más tempranas normalmente alcanzan mayor densidad ósea. Por otro lado, las mujeres con desarreglos menstruales, por lo general, tienen menor densidad ósea. Las personas más delgadas, al tener menos grasa corporal, también sintetizan menos estrógenos y puede aumentar el riesgo de osteoporosis.
• Situación nutricional: El calcio es un nutriente esencial para la salud ósea. De hecho la deficiencia de calcio en personas jóvenes es responsable de que se consiga un 5-10% menos de masa ósea, y que el riesgo de fracturas en etapas posteriores de la vida aumente.
• Actividad física: Los beneficios de la actividad física son mayores en las zonas del esqueleto que soportan el peso del cuerpo, como ocurre con las caderas cuando caminamos o corremos o con los brazos en los gimnastas y levantadores de peso.
Además, la herencia puede jugar un papel importante, ya que las hijas de mujeres osteoporóticas tienen menor masa ósea
Una vez alcanzado el pico de masa ósea, a partir de los 35-40 años la masa ósea disminuye, un 45-50% en mujeres y un 20-30% en varones. Además, la pérdida de masa ósea es especialmente importante en la menopausia, ya que puede llegar a perderse hasta un 2-3% de masa ósea al año.
Aunque hay tratamientos para la osteoporosis, en este momento no tiene cura. Por eso la prevención es muy importante. Las principales recomendaciones para prevenir la osteoporosis son:
• Seguir una dieta equilibrada, especialmente rica en calcio y vitamina D.
• Ejercicio.
• Tener un estilo de vida sano, evitando el consumo de tabaco o el abuso del alcohol.
• Vigilar la densidad del hueso y utilizar medicación adecuada cuando sea necesario.
Aunque la osteoporosis se manifiesta con más frecuencia en las personas de edad avanzada, es importante vigilar la salud de los huesos desde la juventud. Seguir una dieta adecuada y un estilo de vida saludable durante toda la vida es la mejor recomendación para prevenir la osteoporosis, tanto en hombres como en mujeres.

Pautas dieteticas para mantener la salud osea

La mejor fuente de calcio son los alimentos: aunque podemos conseguir calcio a partir de suplementos dietéticos, la mejor forma de obtenerlo es a partir de los alimentos ricos en calcio, ya que en ellos hay otras sustancias que facilitan su absorción y aprovechamiento por el organismo. Los productos lácteos aportan más del 80% del calcio de la dieta. Se trata además de un calcio de fácil absorción y contienen sustancias que favorecen más aún su absorción, como la lactosa. Por esta razón, las personas que toman pocos lácteos tienen más riesgo de sufrir osteoporosis. Se recomienda tomar 2-3 raciones de lácteos al día, y en el caso de individuos con mayores necesidades de calcio (adolescentes, mujeres, personas de edad avanzada) 3-4 raciones diarias.
Además, una ingesta adecuada de fruta y verduras es fundamental. Contienen numerosos elementos que contribuyen a mantener la salud del hueso, ya que permiten que la orina mantenga un pH alcalino, lo que limita la pérdida de calcio por la orina. La recomendación general es la de tomar entre 2 y 4 raciones de fruta y entre 3 y 5 raciones de verdura al día. Los mejor es tomar frutas y verduras variadas cada día, de diferentes colores y tipos.
Aunque pueda parecérnoslo, la soja no es una buena fuente de calcio. El calcio que se añade a las leches de soja enriquecidas en este mineral se absorbe con menor eficacia que el de la leche, solo un 75%. Por esta razón, para tomar la misma cantidad de calcio que hay en tres vasos de leche de vaca habría que tomar 4 vasos de leche de soja enriquecida. Ahora bien, la soja contiene unas sustancias llamadas isoflavonas, que son muy positivas para la salud. Algunas tienen capacidad estrogénica, por lo que pueden ser beneficiosas para la salud del hueso.
Los alimentos ricos en proteínas contribuyen a que el pH urinario sea ligeramente ácido, lo que favorece la eliminación de calcio en orina y contribuye a la desmineralización ósea. Las grasas, especialmente las saturadas, disminuyen la absorción de calcio y favorecen su eliminación en la orina, por lo que debe vigilarse su ingesta. Esto no debe ser razón para eliminar los productos lácteos de la dieta por temor a la grasa, ya que disponemos de productos con bajo contenido en grasa y que siguen siendo ricos en calcio y otros elementos.
Los refrescos tampoco contribuyen a la salud ósea: Cuando tomamos refrescos en lugar de leche estamos disminuyendo de manera importante la cantidad de calcio que tomamos. Además las bebidas carbonatadas (con gas) pueden contener altas cantidades de fósforo, que alteran el remodelado óseo.

NUTRICION EN PREVENCION DEL CANCER

Actualmente es bien conocida la importancia de la nutrición en la prevención de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la arteriosclerosis e incluso el infarto de miocardio y enfermedades que merman la calidad de vida como la obesidad y la diabetes.
Recientemente el cáncer ha pasado a formar parte de las enfermedades más frecuentes a nivel mundial, ocupando en España el segundo lugar como causa de mortalidad tras las enfermedades cardiovasculares.
La gran importancia del cáncer se refleja en el ámbito sanitario con un incremento del número de especialistas dedicados a su tratamiento y a la investigación básica (desarrollo y síntesis de nuevos tratamientos) o clínica (comprobación de nuevos esquemas de tratamiento y comparación con los tratamientos previos). En este contexto, la nutrición juega un papel de vital importancia tanto en la prevención del cáncer como durante los tratamientos oncológicos y tras superar la enfermedad; habiéndose demostrado en diferentes estudios un aumento de tolerancia a los tratamientos y una disminución del número de pacientes que recaen en su enfermedad tumoral si hay un buen apoyo nutricional.
El estudio Eurocare 3 (European Cáncer Registry Sudy of Survival and Care of Cáncer Patients) se encarga del análisis de la supervivencia de más de un millón y medio de pacientes oncológicos en 20 países europeos, siendo el tercer gran estudio de supervivencia en enfermos oncológicos realizado en Europa. España se encuentra por encima de la media europea en supervivencia a cinco años, y tanto en hombres como en mujeres dentro de los cuatro países con mayores tasas de supervivencia.
Se ha demostrado como el consumo de ciertos alimentos proporciona un efecto protector contra el desarrollo de diversos tipos de tumores, en general se trata de alimentos ricos en sustancias antioxidantes y fibra, no obstante otros componentes también juegan un importante papel.
Entre los que se consideran con posible efecto protector se encuentran:
• Las frutas y verduras
• La fibra
Entre los que se consideran como posible agente causal se encuentran:
• Proteínas y grasas
• Alcohol
• Café y Té
• Edulcorantes artificiales
• Nitratos, Nitritos y Nitrosaminas

NUTRICION EN ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO

CEFALEA Y MIGRAÑA

La cefalea es la dolencia que con más frecuencia aquejan los pacientes que consultan por dolor. El 90 % de la población las conoce, y en el 75 % se repiten, con la siguiente periodicidad: el 50% por lo menos mensuales, el 15% semanales y el 5% diarias. En el 99 % de los casos, el pronóstico de la cefalea es excelente, pues en la mayoría de estos casos se trata de pacientes con migraña (y sus variantes) o cefalea tensional.
Diversos factores dietéticos se reconocen como causantes de la cefalea en un 38.8% de los pacientes migrañosos, por lo que se centrará en estos la exposición. El mecanismo de la crisis migrañosa comprende un espasmo arterial, que puede no dar síntomas o provocar las auras (de las que la más frecuente es la visual), y una vasodilatación de rebote que dará lugar a la cefalea. Los diferentes desencadenantes lo son o bien del vasoespasmo, o de la dilatación posterior.

Factores dietéticos desencadenantes de migraña
EL AYUNO: En el 16.7% de los pacientes (el 30 % de los menores de 10 años). El ayuno condiciona hipoglucemia, que se resolverá con un aumento en la liberación de las "hormonas de estrés", y una hiperactividad simpática que provocará el vasoespasmo que inicia el proceso de la migraña.
EL ALCOHOL: Es precipitante en un 10.6% de los pacientes. Pueden participar otros productos asociados, como los taninos. La cefalea se produce en las dos primeras horas tras la ingestión (coincidiendo con la máxima alcoholemia); si comienza después 5-10 horas se da el "síndrome de resaca". La acción del alcohol en la génesis de la cefalea es indirecta: su efecto vasodilatador provoca una disminución en la tensión arterial sistémica; le seguirá la activación del Sistema Nervioso Simpático, y vasoconstricción que iniciará el proceso.
OTROS FACTORES: Los condimentos y conservantes de determinados productos alimentarios pueden desencadenar la “cefalea del perrito caliente” (por nitritos) o el “síndrome del restaurante chino” (por glutamato), y lo hacen en un 10.5% de los migrañosos, por un mecanismo de vasodilatación.
No es necesario ser migrañoso para tener cefalea por alimentos. Se han citado, como desencadenantes: chocolate (debatido), queso, comidas grasas (hígados de pollo, paté), frutas (cítricos, plátanos, higos, pasas, papayas, aguacates, ciruelas rojas), tomates, cebollas, frutos secos, huevos, alimentos fermentados, preservados en vinagre o marinados. No obstante, en la práctica clínica, estas asociaciones entre alimentos y cefalea seguramente están sobreestimadas. La acción vasoconstrictora de la tiramina, la cafeína y la feniletilamina, pueden desencadenar vasodilatación de rebote y, como consecuencia, cefalea. La cafeína puede provocar o aliviar la cefalea, según de qué paciente se trate. El consumo habitual de café (200-300 mg de cafeína al día) puede dar lugar a la "migraña del fin de semana", si durante estos días se interrumpe la ingesta del mismo.
El "síndrome de resaca" es un complejo sintomático en el que la cefalea se acompañará de náuseas, vómitos, fotofobia y nerviosismo. Aparece 5-10 horas tras la ingestión; el alcohol ha sido metabolizado prácticamente en su totalidad, por lo que los causantes tal vez sean los productos de dicho metabolismo: acetaldehido, lactatos y piruvatos (esto no ha podido ser demostrado).

Factores nutricionales que previenen los ataques de migrañaLa riboflavina (vitamina B2), administrada a dosis de 400 mg/día parece ser eficaz a la hora de prevenir los ataques de migraña. Más del 50% de los pacientes reducen a la mitad el número de crisis álgicas con esta medida preventiva.
Se discute sobre la eficacia del magnesio (a dosis de 300 mg/día). Los datos disponibles en la actualidad son contradictorios.

ENFERMEDAD DE PARKINSON Y NUTRICION

La enfermedad de Parkinson es un proceso degenerativo, de curso progresivo, que afecta a diversas estructuras nerviosas (sustancia negra, ganglios simpáticos, hipotálamo, locus ceruleus, núcleo basal colinérgico de Meynert, etc.), dando lugar a una amplia variedad de síntomas; de entre ellos, los más característicos: hipocinesia (movimientos lentos y poco amplios), rigidez, temblor de reposo y alteración de los reflejos posturales. Es una enfermedad frecuente, con una prevalencia de 550/100.00 en la población con edades comprendidas entre 65 y 74 años.

Influencia de la dieta en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson
La ingesta copiosa de grasa animal está relacionada con un riesgo mayor de desarrollar enfermedad de Parkinson. El riesgo también aumenta en sujetos en cuya dieta el aporte de carotenoides y vitamina C es importante, si bien sobre esta última no todos los autores están de acuerdo. También parece existir una relación similar con los dulces (aunque, como los pacientes con demencia, tal vez estos busquen dichos alimentos).

Factores nutricionales y terapia neuroprotectora
La enfermedad de Parkinson comparte con la demencia una tendencia general de los pacientes a perder peso, de origen multifactorial; entre las causas podemos destacar: salivación anormal por déficit deglutorio, pérdida de apetito por disfunción hipotalámica, estreñimiento (deberá asegurarse el aporte de líquidos y fibra), disfagia (la presentarán el 50 % de los pacientes a lo largo de la evolución de la enfermedad, y puede llegar a requerirse espesante para tolerar los líquidos), náuseas (en algunas ocasiones subsidiarias de tratamiento médico), dieta hipoproteica, dificultades para la manipulación y depresión.
En cuanto al tratamiento neuroprotector con vitaminas E y C. disponemos resultados contradictorios en los estudios disponibles, que no nos permiten preconizar su suplemento.

La dieta hipoproteica
La piedra angular del tratamiento de la enfermedad de Parkinson se basa en aportar la sustancia deficitaria, la dopamina. Esta se administra por vía oral como levodopa, y en su trasporte en el intestino delgado y su paso a través de la barrera hemato-encefálica, competirá con el sistema de transporte de aminoácidos neutros de cadena larga. Esto justifica una dieta hipoproteica; en el desayuno y en el almuerzo no deberán tomarse más de 7 gramos de proteínas, con el fin de optimizar la absorción y disminuir las fluctuaciones sintomáticas a que se ven expuestos estos pacientes . Esta estrategia terapéutica es efectiva si se es riguroso; además, los pacientes que opten por seguirla se asegurarán una ingesta de la mayoría de los nutrientes por encima de los requerimientos recomendados, pues se han descrito disminuciones significativas en la ingesta de proteínas, calcio, hierro, fósforo, riboflavina y niacina. Para evitarlo, el paciente ha de estar motivado y asegurarse adecuados aportes regulares.
Para la mayoría de los pacientes, tomar la levodopa en ayunas será suficiente. Para los que la toleran mejor con alimentos, podrían hacerlo, pero evitando comidas copiosas ricas en proteínas. Las pastas y otros hidratos de carbono aumentan la secreción de insulina; con ello disminuirán en el torrente circulatorio los aminoácidos neutros, aumentando así la eficacia del tratamiento.

EPILEPSIA Y NUTRICION

La epilepsia es una entidad frecuente. Afecta a individuos de todas las edades, con una incidencia de 25-50 / 100.000 casos nuevos por año y una prevalencia de 500-1.000 / 1000 habitantes.
Los pacientes epilépticos deben asegurarse una alimentación normal y variada, y evitar dietas sin fundamento científico (evitar productos del cerdo, embutidos, conservas, picantes, especias, etc.).
El café, el té y el chocolate no perjudican, siempre que se tomen con moderación. En algunos pacientes consiguen atenuar los efectos adversos de la medicación (somnolencia, hiperactividad, etc.).

Interacción Fármaco-Nutriente:
Interferencias con el catabolismo de la VITAMINA D: primidona y fenobarbital (por aumento de su metabolismo de la vitamina), y fenitoina (por aumento del metabolismo y limitación de la absorción). Suele limitarse a déficits analíticos, pero debe considerarse la indicación de tratamiento con vitamina D (400 – 4.000 UI/día).
• Interacción con el ÁCIDO FÓLICO: la fenitoina y el fenobarbital son inductores de su metabolismo, pero no está indicada la suplementación.
• CARNITINA y ácido valproico: este fármaco puede provocar un déficit de carnitina; si se objetiva deberá tratarse.
• Zumo de pomelo con la carbamazepina; este reduce el metabolismo del fármaco, aumentando sus niveles en sangre.

Alcohol y epilepsia
El alcohol es inductor de crisis, y por lo tanto debe prohibirse, como mucho, permitirse la ingesta de pequeñas cantidades de vino en las comidas a pacientes sensatos y con la enfermedad controlada. No es preciso evitar los medicamentos que contienen etanol en su excipiente.

La dieta cetogénica
La dieta cetogénica pretende simular ese estado de ayuno (cetosis), aportando un alto contenido en grasa y bajo en hidratos de carbono, de forma que se inviertan los correspondientes porcentajes de la dieta ideal. La ingesta de cantidades importantes de grasa dará lugar a una oxidación incompleta, que generará cuerpos cetónicos (acetona, ácido acetoacético y ácido beta-hidroxi-butírico) que parecen tener una acción anticomicial, probablemente por comportarse como neurotrasmisores inhibidores.
Se someterá a los pacientes a un ayuno inicial por 1-2 días (salvo agua), y posteriormente las grasas aportarán el 50 – 70 % de las calorías de la dieta. Suele requerirse, para mantener las ingestas recomendadas, la administración de suplementos multivitamínicos que garanticen el aporte de calcio y hierro.
Está especialmente indicada en niños con crisis mioclónicas refractarias a la medicación. Las crisis tónico-clónicas responden peor; las demás rara vez lo hacen. Los pacientes de edades entre 2 y 5 años son los que mejor responden. Con los menores de 2 años es difícil mantener la dieta, y los mayores de 5 la rechazarán. Su utilidad depende de que se mantenga en el tiempo y de su eficacia.
Debe esperarse la mejoría en 10-21 días, si no se objetiva, en tres meses deberá suspenderse. El 10 % de los pacientes sufrirán efectos no deseados: vómitos (al inicio), osteopenia, litiasis renal, alopecia, déficit visual, hipertransaminasemia, anemia hemolítica, acidosis tubular renal. Para prevenirlos o detectarlos, se deben realizar analíticas (iones, glucemia, lípidos, proteinograma), exploraciones físicas y valoraciones morfométricas de forma seriada.

Demencia y Enfermedad de Alzheimer

Las demencias son enfermedades de alta y creciente prevalencia; de ellas, la más frecuente es la enfermedad de Alzheimer (el 50-60% de todos los casos). El riesgo anual de padecer la enfermedad de Alzheimer es del 1 % en mayores de 65 años; en este momento eso condiciona una prevalencia del 5 – 15 %.

Factores dietéticos asociados al desarrollo de la Enfermedad de Alzheimer
Existe una asociación bien establecida entre el consumo elevado de grasa total, de grasa saturada y de colesterol y el desarrollo de demencia. También parece haber relación con la tendencia a ingerir dulces, si bien es cierto que en las primeras fases de la enfermedad no es rara esta característica alimentaria.
El consumo de pescado, fuente importante de ácidos grasos poliinsaturados, es inversamente proporcional al riesgo de desarrollar demencia de tipo Alzheimer.

Conducta alimentaria del enfermo con demencia
Forman parte del cuadro clínico de esta enfermedad una tendencia a aumentar las ingestas (incluso "glotonería") en las primeras etapas de la enfermedad, y una clara disminución en las últimas. También será insuficiente el aporte nutricional en muchos de los casos en los que se asocie depresión.
Se ha visto, además, que los hábitos alimentarios de estos pacientes les llevan a disminuir las proteínas de la dieta, y a niveles séricos significativamente menores de vitaminas A, C, E, B12, B6 y ácido fólico.
La pérdida de peso en estos pacientes es multifactorial:
• Neurológica: pueden olvidar cómo comer o, en algunos casos de demencia en los que se añaden trastornos motores (demencias subcorticales), la dificultad para alimentarse viene de la torpeza que presentan. Además, puede añadirse una componente sensorial: déficit de olfato, gusto, falta de salivación, etc.
• Conductual: actitudes de negación, oposición, inatención, y esencialmente hiperactividad, que aumenta los requerimientos energéticos de los pacientes y favorece la pérdida de peso.
• Causas locales: alteraciones anatómicas locales, discinesias oromandibulares (movimientos involuntarios causados por la enfermedad o su tratamiento), que dificultan la alimentación.
A continuación se exponen algunas soluciones prácticas para evitar la desnutrición en los pacientes con demencia:
• Asegurar la higiene bucal
• Repartir las ingestas en 5 – 6 tomas al día
• Evitar distracciones
• Ejercicio físico previo a la toma (en los pacientes hiperactivos)
• Optimizar la consistencia de los alimentos

Enfoque terapéutico de la dieta en la Enfermedad de Alzheimer
Como proceso degenerativo que es, en la enfermedad de Alzheimer es razonable plantearse la utilidad de los tratamientos antioxidantes, con un objetivo neuroprotector. La vitamina E tiene acción antioxidante, y se ha demostrado experimentalmente su capacidad para actuar sobre la lesión celular relacionada con el depósito de amiloide. Se ha visto que el aporte de esta vitamina (a dosis de 1000 UI/12 horas vía oral) mantiene por más tiempo que el placebo la capacidad funcional del paciente en casos de enfermedad moderada, pero no logra modificar la alteración cognitiva. Está por confirmar la asociación entre el aporte de vitamina E y el aumento de la incidencia de síncopes y caídas que, al parecer, sufrieron algunos enfermos.
La ingesta de folatos está aconsejada, ya que se ha comprobado que la concentración de homocisteína sérica (también considerada factor independiente de riesgo vascular) está elevada en estos pacientes.

ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

Los accidentes cardiovasculares se deben a la falta de flujo sanguíneo en los vasos que riegan órganos vitales como el corazón y el cerebro. La causa principal es la aterosclerosis, que supone un depósito de materiales (lípidos, células del músculo liso, linfocitos, etc.) en la íntima de las arterias, provocando una disminución de la luz de las mismas, dificultando el paso de sangre por ellas.
En este sentido se cree que la principal responsable del depósito de lípidos en las arterias es la formación de células espumosas, desarrolladas al captar los macrófagos, las lipoproteínas de baja densidad (LDL-colesterol) oxidadas. Por el contrario, la capacidad de retirar lípidos de las arterias por parte de las lipoproteínas de alta densidad (HDL-colesterol), les confiere a éstas, un papel protector. Por otro lado, también los factores trombogénicos (formación de trombos) participan en la aparición y progreso de las lesiones ateromatosas. Las alteraciones lipídicas (altas concentraciones de LDL-c y reducidas de HDL-c), las concentraciones inadecuadas de algunas vitaminas (vitamina C, E, ß-carotenos, etc.), minerales y sustancias antioxidantes parecen desempeñar un papel relevante en todo este proceso.
Múltiples investigaciones han demostrado que esta enfermedad es de origen multifactorial, y por lo tanto, su prevención, debe tener en cuenta todos los factores de riesgo implicados y que estos, además, son sinérgicos, por lo que cuando concurren varios de ellos, el riesgo se incrementa de forma importante. Existen factores de riesgo modificables y otros que no lo son (genéticos, familiares, edad, sexo, etc.), pero que nos pueden ayudar a la valoración y prevención de la enfermedad cardiovascular. Entre los factores de riesgo modificables se encuentran los ambientales como el hábito de fumar (altera los niveles lipídicos y participa en la oxidación de las lipoproteínas), la obesidad y el sedentarismo, además, de los factores alimentarios y las patologías asociadas (diabetes, hipertensión, etc.). También se deben valorar algunos factores psicosociales como el estrés, la depresión, e incluso el nivel de educación.
Los hábitos dietéticos constituyen un factor esencial en el inicio y progresión de la aterosclerosis y el desarrollo de la enfermedad cardiovascular (ECV). Por ello, resulta prioritario trasmitir a la población las pautas dietéticas recomendadas para su prevención.

Hidratos de carbono y fibras



Aunque no existe evidencia de que la ingesta de hidratos de carbono de la dieta modifique los niveles de las lipoproteínas sanguíneas, se ha observado que la sustitución de las grasas saturadas por hidratos de carbono en la dieta, reduce los valores de colesterol total en sangre. Por otro lado, un incremento en la ingesta de hidratos de carbono desplazará parte de la grasa de la dieta, por lo que puede ejercer un efecto beneficioso en este sentido.
La fibra dietética, principalmente la soluble, disminuye el colesterol total en sangre, ya que elimina ácidos biliares por las heces e inhibe la síntesis endógena de colesterol. Además de estos efectos directos, la fibra contenida en los alimentos de la dieta también puede sustituir las grasas de la dieta, especialmente las grasas saturadas, observándose un efecto protector del consumo de fibra en relación con la enfermedad cardiovascular. Así mismo se ha visto una relación inversa entre la ingesta de fibra y la tensión arterial.
El consumo de fibra aconsejado es de 25-30 gramos al día, de los que 6-10 gramos deberían proceder de la fibra soluble, por lo que se aconseja una ingesta regular de frutas, hortalizas y legumbres, así como de cereales. En cuanto a los suplementos de fibra, existe controversia en cuanto a su idoneidad, por lo que siempre que sea posible se aconseja que la fibra proceda de los alimentos de la dieta

Prevencion y control de las enfermedades cardiovasculares

• Limitar el consumo de grasa (menos del 30-35% de las calorías totales de la dieta y menos del 7% de grasa saturada), independientemente de su origen (cambiar la idea de que la grasa vegetal es buena y la grasa animal es mala).
• Moderar el consumo de salsas, helados, bolleria, pasteleria, turrones, golosinas y dulces, snacks, refrescos, etc, suelen aportar muchas calorias, baja densidad de nutrientes, y algunos bastante grasa de baja calidad y exceso de azucares y/o sal. Además, moderar el consumo de los alimentos precocinados (patatas fritas, nuggets, san jacobos, delicias de pescado, varitas, etc.), que por lo general, presentan una baja calidad nutricional.
• Fomentar el consumo de alimentos de origen vegetal ricos en vitaminas, minerales, fibra y fitonutrientes (cereales, frutas, hortalizas, legumbres), pescado y aceite de oliva.
• Moderar el consumo de bebidas alcohólicas y sal
• Evitar fumar
• En definitiva, seguir una dieta equilibrada y variada con un aporte de energía y nutrientes adecuado, que cubra el gasto energético, asegure las necesidades de vitaminas y minerales, y un equilibrio adecuado de macronutrientes.
• Y no olvidar realizar ejercicio físico con regularidad, para equilibrar el balance energético, mantener el peso, normalizar los niveles de lípidos y fomentar la salud.

NUTRICION MATERNA Y EMBARAZO


Uno de los aspectos relevantes del control prenatal es el diagnóstico, evaluación y manejo de la condición nutricional de la embarazada.
Es conocido el hecho de que el peso materno pregestacional y la ganancia ponderal durante el embarazo influyen directamente sobre el peso fetal. Es así como el bajo peso y la obesidad materna se relacionan con recién nacidos pequeños y grandes para la edad gestacional, respectivamente.
El factor de riesgo nutricional materno es elevado en países en desarrollo. En Chile, en 344 madres con recién nacidos de término y sin patologías, sólo el 54% presentaba características nutricionales previas al embarazo definidas como normal (IPT 90-110%); el 35% eran enflaquecidas (IPT <90%) y un 11% presentaba sobrepeso y obesidad (IPT >110%).
Los trabajos de Kramer y cols. mostraron que los factores nutricionales maternos eran los determinantes más importante de retraso del crecimiento intrauterino (RCIU) en países en desarrollo, y que estos factores por sí solos, eran los responsables del 50% de las diferencias en la frecuencia de RCIU entre los países industrializados y en desarrollo.

REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES DE LA EMBARAZADA


Calorías.
Durante la gestación se produce un incremento del metabolismo anabólico, especialmente en el tercer trimestre.
Esto está determinado por la presencia de feto y placenta en continuo crecimiento, aumento del trabajo mecánico externo dado por el mayor peso materno, aumento del trabajo mecánico interno dado por mayor uso de la musculatura respiratoria y del trabajo cardíaco. Todo esto implica un aumento del aporte calórico equivalente a un 13% de las necesidades pregestacionales. El costo energético total del embarazo se estima en 80.000 kcal, equivalente a un aumento promedio de 286 kcal/día, distribuidas en 150 kcal/día en el primer trimestre y 350 kcal/día en el segundo y tercer trimestre. Estos cálculos se basan en una mujer de antropometría promedio, normonutrida y con feto único. En embarazo gemelar se recomienda un aporte calórico adicional de 300 kcal/día. En embarazadas obesas se debe efectuar una restricción del aporte calórico, lo suficiente para lograr un aumento de peso total a término equivalente a 7,5 - 10,5 kg; la restricción calórica máxima es de 1.800 kcal/día, cifras inferiores se asocian a ketoacidosis de ayuno que deben ser evitadas.

Proteínas.
Los requerimientos proteicos durante el embarazo se incrementan en promedio en un 12%. La acumulación total de proteínas en el embarazo es 925 g, equivalente a 0,95 g/kg/día. Estos cambios del metabolismo proteico están dados por una acelerada síntesis proteica, necesaria para la expansión del volumen sanguíneo materno, el crecimiento de las mamas, del útero y muy especialmente el aumento de los tejidos fetales y placentario.
El aumento de la ingesta de alimentos proteicos debe considerarse cuantitativa y cualitativamente. La concentración de aminoácidos esenciales en la proteína de origen animal es considerada óptima, mientras que en la proteína de origen vegetal la concentración es un 50 a 65% de lo ideal. Estos conceptos son especialmente importantes en las recomendaciones nutricionales dado el alto costo económico de los nutrientes proteicos.

Hierro.
La anemia por déficit de hierro constituye una patología nutricional de alta prevalencia en las embarazadas, debido a los importantes requerimientos de hierro durante el embarazo y a dietas pobres en este elemento, especialmente en las dietas promedio de los países en desarrollo.
Los requerimientos de hierro durante el embarazo son aproximadamente 1.000 mg, estimándose 270 mg transferidos al feto, 90 mg a la placenta, 450 mg utilizados en la expansión eritrocítica materna y 170 mg de pérdida externa.
El hierro proporcionado por los alimentos oscila entre 6 a 22 mg y sólo el 20% es de origen animal. La absorción del hierro de origen vegetal es del 1% y del hierro de origen animal entre 10 y 25%, de ahí que la suplementación con hierro medicamentoso constituya una de las acciones preventivas más relevantes del control prenatal.
La suplementación con hierro debe iniciarse precozmente en el primer trimestre si el hematocrito es inferior a 36%; si es superior a ese valor se puede iniciar la suplementación en el segundo trimestre. Si el hematocrito en el primer trimestre es inferior a 28%, debe iniciarse el estudio de la etiología de la anemia para descartar anemias megaloblásticas (déficit de ácido fólico y vitamina B12), hemoglobinopatías (talasemias), anemias hemolíticas adquiridas (autoinmune, neoplasias, infección, etc.).
Anemia del embarazo se define en relación a la edad gestacional al momento del diagnóstico: en el primer trimestre cuando el hematocrito y la hemoglobina es igual o inferior a 33% y 11 g/dl, respectivamente; en el segundo y tercer trimestre, cuando el hematocrito es inferior o igual a 30% y la hemoglobina a 10 g/dl.
La suplementación profiláctica se efectúa con preparados que aseguren una cantidad de 60-100 mg de hierro elemental y la suplementación terapéutica en cantidades de 200 mg de hierro elemental (absorción del 10% de la dosis).
Debemos recordar que la ingesta de hierro puede producir intolerancia gástrica, estado nauseoso, constipación y coloración oscura de las deposiciones. Para su mejor absorción debe ingerirse con estómago vacío (entre las comidas) con una bebida cítrica y evitar la ingesta con leche o té que bloquea casi totalmente la absorción enteral.

Calcio.
El embarazo produce modificaciones del metabolismo del calcio, dado por la expansión del volumen plasmático, disminución de la albuminemia, aumento de las pérdidas por orina y la transferencia a través de la placenta que llevan a una disminución del calcio iónico.
Con fines de mantener la estabilidad se produce un aumento de la hormona paratiroidea que, a término, alcanza 30 a 50% de los valores basales; de igual forma aumenta la calcitonina para proteger al hueso del aumento de la hormona paratiroidea. La placenta transporta activamente el calcio hacia el feto, con una acumulación neta de 30 g al término de la gestación, estando casi todo en el esqueleto fetal. En un 90% esta acumulación acontece en el tercer trimestre.
El esqueleto materno puede dañarse sólo en circunstancias nutricionales de extremo déficit de aporte de calcio o escasa exposición solar. Con dieta balanceada y exposición solar habitual los mecanismos compensadores evitan el daño óseo materno.
Durante el embarazo los requerimientos de calcio aumentan hasta 1.200 mg/día, lo que equivale aproximadamente a un 50% más que en el estado pregestacional. Se recomienda un aporte extra de 400 mg/día mediante aporte adicional de productos lácteos o calcio medicamentoso.
La leche de vaca proporciona 125 mg de calcio por 100 ml, de ahí que una madre que puede ingerir entre 750-1.000 cc de leche diario, más otros productos lácteos adicionales, cumple adecuadamente con los requerimientos necesarios para un buen desarrollo del esqueleto fetal.
En embarazadas con intolerancia a la leche por déficit de lactosa se recomienda un aumento de otros nutrientes con alto contenido en calcio como carnes, yoghurt, quesos o leche con bajo o nulo contenido de lactosa y suplementación medicamentosa de calcio.

Vitaminas.
La embarazada que tiene acceso a una dieta balanceada no requiere de suplementación adicional de vitaminas.
Prácticamente todas las vitaminas aumentan sus requerimientos durante la gestación, especialmente ácido fólico y vitamina D, los cuales alcanzan un 100% de aumento. En el resto de las vitaminas su mayor requerimiento es inferior al 100%.
En Chile, las patologías nutricionales por avitaminosis específica en el adulto son excepcionales, de ahí que los mayores requerimientos son compensados con una mayor ingesta cuantitativa de una dieta balanceada.
El consumo excesivo de vitaminas condiciona un potencial riesgo perinatal, especialmente con las vitaminas liposolubles como son la vitamina A y D que tienen un efecto acumulativo. Se han descrito malformaciones renales en niños cuyas madres han ingerido entre 40.000 y 50.000 UI de vitamina A durante el embarazo; incluso dosis inferiores pueden producir alteraciones conductuales y de aprendizaje en la vida futura. En animales, en dosis equivalentes del humano a 500.000 UI de vitamina A, se han descrito malformaciones oculares, auditivas y labio leporino.
El consumo de grandes dosis de vitamina D se asocia a malformaciones cardíacas del feto, particularmente la estenosis aórtica, la cual se ha descrito con dosis de 4.000 UI. Una normal exposición a la luz solar permite una adecuada síntesis de vitamina D y no sería necesario una suplementación de esta vitamina.

NUTRICION Y CRECIMIENTO EN LOS DISTINTOS PERIODOS DE LA INFANCIA


Primera infancia

Comprende los 2 primeros años de vida y se caracteriza por un crecimiento rápido, que se desacelera progresivamente desde el nacimiento.
La talla aumenta 24-26 cm durante el primer año y 10 a 12 en el segundo. El peso se incrementa n 7 y6 2,5kg respectivamente, en los mismos períodos.
También existe un aumento extraordinariamente rápido del perímetro craneal.
Existe también una modificación respecto a la composición con una disminución de la proporción de agua, aumento de la grasa y las proteínas, de algunos iones intracelulares como el potasio, y extracelulares como el calcio.
Como conclusión: durante este período la alimentación debe cubrir las elevadas necesidades energéticas y plásticas y aportar equilibradamente las vitaminas y minerales, adecuarse a la capacidad digestiva limitada del niño y de esta edad y no sobrecargar en exceso con solutos los órganos excretores.
Durante los primeros meses de vida sólo hay un alimento capaz de cumplir estas exigencias: la leche materna.
Otro punto de gran importancia en este período es la transición hacia la etapa de alimentación variada propia del niño mayor y del adulto, que debe hacerse progresivamente mediante la sustitución de la leche por otro tipo de alimentos, al tiempo que se van creando nuevos hábitos alimentarios. La recomendación sobre la edad más adecuada para esto ha ido variando, Illinghworth y Lister, estudiando la evolución y maduración de las funciones digestivas demostraron que el momento más adecuado sería hacia los 6 a 7 meses.

Período de crecimiento estable

Desde el tercer año hasta la iniciación de la pubertad se mantiene un ritmo de crecimiento lento y uniforme.
La talla sufre un incremento anual que oscila entre 5 y 7 cm, con tendencia ligeramente descendente. La ganancia de peso, en cambio, tiende a aumentar con la edad, pero siempre dentro de un límite bastante estrecho de 2,5 a 3,5 kg por año.
Las necesidades de energía para el crecimiento son menores, no sobrepasando el 1 % del total de las calorías ingeridas, y lo mismo ocurre con las necesidades de proteínas. Como consecuencia de esto, casi todos los niños a la edad de 2 - 3 años atraviesan una fase de menor avidez por los alimentos. Este es un hecho fisiológico del que es importante informar a los padres para evitar una batalla que puede durar años si los padres no comprenden que es una consecuencia de la disminución de las necesidades de energía y proteínas para el crecimiento.
En los años siguientes, las particularidades más importantes son: la gran variabilidad individual, que depende sobre todo del grado de actividad física y la aparición de carencias en algunos micronutrientes. Estas carencias se dan principalmente en el hierro, ácido fólico y vitamina B 12 que pueden originar cuadros de anemia nutricional o ser responsables de síntomas inespecíficos, entre ellos la detención de la curva de crecimiento.

ESTRATEGIAS ALIMENTARIAS EN ESTA ETAPA

1. Asegurar un aporte calórico suficiente, de acuerdo con la edad y la actividad física.
2. Mantener una correcta proporción entre los principios nutritivos.
3. Modificar el consumo de proteínas, procurando que estas provengan de ambas fuentes: animal y vegetal, pero potenciando el consumo de cereales y legumbres frente a la carne. Para esto aumentar los primeros platos y guarniciones y disminuir el tamaño del filete o el pescado.
4. Desaconsejar el consumo de grasa visible de las carnes, y recomendar que se aumente el consumo de pescados ricos en grasas poliinsaturadas sustituyendo a los productos cárnicos 3 a 4 veces por semana. Potenciar el consumo de aceite de oliva frente a mantequilla o margarinas. Restringir la bollería industrial elaborados con grasas saturadas.
5. Fomentar el consumo de cereales (pan, pasta, arroz) y frutas, preferentemente frescas y enteras. Evitar el exceso de zumos no naturales y el consumo de carbohidratos simples presentes en los productos industrializados, dulces o añadidos en forma de azúcar a los alimentos.
6. Procurar una alimentación variada.
7. Evitar el consumo excesivo de sal.
8. Es fundamental tener en cuenta los gustos, costumbres y condicionamientos sociales y económicos para no recomendar dietas difíciles de aceptar y de seguir por el niño o por la familia.

Fase de aceleración del crecimiento de la pubertad

La pubertad es un período caracterizado por grandes cambios somáticos y emocionales que coinciden con el proceso de maduración sexual.
Es un momento en el que coexisten un elevado ritmo de crecimiento y fenómenos madurativos igualmente importantes. Los tres hechos que tienen repercusión directa sobre la nutrición son: el aumento de la masa corporal, la modificación de la composición del organismo y la tendencia a la perturbación en los hábitos alimentarios.
El importante incremento de la masa corporal, que casi se duplica durante el brote de crecimiento puberal, conlleva una elevación de las necesidades proteicas, energéticas y de algunos micronutrientes que superan las de cualquier época de la vida. Este exagerado anabolismo hace al adolescente muy sensible a las restricciones energéticas y a las carencias en proteínas y oligoelementos. En esta edad la proteína puede ser el nutriente limitante del crecimiento.

FORMAS NO CONVENCIONALES EN LA ALIMENTACION DE LOS ADOLESCENTES

Comprende un conjunto de modos de alimentación distintos a los habituales. Las diferencias pueden radicar en los horarios, en la selección de los alimentos, en la forma de prepararlos, etc.

Irregularidades en el patrón de comidas

Es la forma más frecuente de alteración de los hábitos alimentarios. Consiste básicamente en la tendencia a no hacer alguna de las comidas, generalmente el desayuno, y tomar a lo largo del día refrescos, helados u otro tipo de alimentos de escaso valor nutricional.
Estos hábitos forman parte de la conducta normal de los adolescentes en el momento actual y no tienen importancia mientras la dieta sea suficiente desde el punto de vista calórico y equilibrada en cuanto a las cantidades mínimas y proporciones entre los distintos nutrientes.

Abuso de las comidas de preparación rápida (fast food)

Este tipo de comidas generalmente tienen un elevado valor calórico, una adecuada proporción de proteínas de buena calidad y un exceso de grasa. En cambio, el contenido en algunos nutrientes esenciales: hierro, calcio, vitaminas A y C y fibra es escaso, y suelen tener un exceso de sodio.
La repercusión sobre el estado de nutrición varía con la proporción relativa de este tipo de comidas en la dieta. Si solamente se hacen tres o cuatro a la semana, los desequilibrios pueden ser compensados y sus efectos «diluidos», mientras que si la mayoría de las comidas son de este tipo se producen carencias en micronutrientes y el exceso de aporte calórico y grasas conduce a obesidad y es un factor de riesgo cardiovascular.
La actitud frente a este problema ha de ser de una gran flexibilidad. Lo aconsejable es limitar y compensar los posibles desequilibrios de los distintos nutrientes con las comidas que se hacen en el domicilio.

Consumo de alcohol

Algunos adolescentes, sobre todo los fines de semana, ingieren cantidades variables de alcohol, que aporta calorías vacías, tiene efectos nocivos sobre el apetito, el aparato digestivo y el sistema nervioso, la ingestión incluso moderada de alcohol tiene una repercusión importante sobre el equilibrio nutricional, a través sobre todo de dos mecanismos: reducción de la ingesta de alimentos y modificaciones de la biodisponibilidad de determinados nutrientes. La terapéutica nutricional en estos casos forma parte del conjunto de medidas educativas, individuales y colectivas, dirigidas a prevenir el consumo excesivo de alcohol.

Dietas vegetarianas y otras dietas no convencionales

El vegetarianismo es un término equívoco, que se utiliza para designar hábitos alimentarios muy distintos que van desde situaciones en las cuales únicamente se restringe la ingesta de carne pero se ingieren leche y huevos (dieta lacto-ovovegetariana), hasta formas de alimentación mucho más restrictivas, lo importante es conocer detalladamente cuales son los alimentos consumidos habitualmente para poder detectar y evitar carencias y lograr un crecimiento normal. Otros tipos de dietas de moda pueden ser aún más peligrosas, lo importante es convencer a los jóvenes de que no hay alimentos o dietas milagrosas y que lo importante es una dieta variada con adecuada calidad y cantidad.

NUTRICION EN LA ADOLESCENCIA


La adolescencia comienza con la aparición de los caracteres sexuales secundarios y termina cuando cesa el crecimiento somático. A lo largo de este período coexisten un elevado ritmo de crecimiento y fenómenos madurativos importantes, que afectan al tamaño, forma y composición del organismo.
La nutrición juega un papel crítico en el desarrollo del adolescente y el consumo de una dieta inadecuada puede influir desfavorablemente sobre el crecimiento somático y la maduración sexual.

Los tres hechos que tienen influencia sobre el equilibrio nutritivo son:

La aceleración del crecimiento en longitud y el aumento de la masa corporal (estirón puberal).
La modificación de la composición del organismo.
Las variaciones individuales en la actividad física y en el comienzo de los cambios puberales.

El estirón puberal

Es un cambio brusco de la velocidad de crecimiento, que muestra diferencias en uno y otro sexo, tanto en su cronología como en su intensidad.
El estirón de la adolescencia es importante para la talla final, ya que durante este período tiene lugar aproximadamente el 20% del crecimiento total. Sin embargo, la responsabilidad en la diferencia de tallas entre uno y otro sexo es escasa (3-4,5 cm). Esta se debe al comienzo más tardío del estirón puberal y al crecimiento más prolongado durante el período prepuberal en los varones, lo que hace que en el momento de iniciarse el estirón de la adolescencia los niños tengan ya una talla superior en 8 cm a la de las niñas.
Más importante aún que el crecimiento en longitud es el incremento de la masa corporal, que casi se duplica durante este período, puesto que los requerimientos nutritivos están estrechamente relacionados con el aumento de masa, el pico máximo de las necesidades nutritivas coincidirá con el momento de máxima velocidad de crecimiento.

La modificación de la composición del organismo

Estos cambios afectan sobre todo a la proporción de los tejidos libres de grasa y de la grasa. Existen grandes diferencias en ambos sexos. En los varones, el incremento de los tejidos no grasos, esqueleto y músculo principalmente es mucho más importante. Entre la edad de 10 y 20 años el varón aumenta su masa libre de grasa de 27 a 62 kg (35 kg), mientras que el aumento en las chicas durante el mismo período es aproximadamente la mitad (18 kg), pasando de 25 a 43 kg. Por el contrario las niñas acumulan mayor cantidad de grasa. Teniendo en cuenta que los tejidos libres de grasa representan la parte metabólicamente activa, las diferencias sexuales durante el brote de crecimiento tienen una repercusión muy importante sobre los requerimientos nutritivos en la adolescencia.

Variaciones individuales en la actividad física

Este factor también influye decisivamente sobre los requerimientos nutritivos y es importante su valoración para evitar errores por exceso, que conducen no sólo a acúmulo de grasa y obesidad, sino a un incremento excesivo de los tejidos no grasos que maduran tardíamente y alcanzan tardíamente el pico de crecimiento máximo.

SEGURIDAD DE LOS ALIMENTOS PARA PERSONAS DE EDAD AVANZADA


Las personas mayores necesitan una dieta saludable. Esto puede ayudarles a prevenir enfermedades. Una dieta saludable incluye una alimentación variada, pero los alimentos crudos son peligrosos porque pueden contener muchos gérmenes.

¿Por qué las personas mayores se enferman al ingerir alimentos crudos?

A medida que envejecemos, cada vez es más difícil combatir los gérmenes y más fácil enfermarse por los gérmenes presentes en los alimentos. Si usted tiene diabetes, enfermedad renal o recibe ciertos tratamientos para el cáncer, el riesgo puede ser mayor.

¿Qué alimentos hay que evitar?
• Pescado crudo
• Mariscos crudos, tales como ostras, almejas, mejillones y vieiras
• Carnes o aves crudos
• Leche o queso crudos o no pasteurizados
• Quesos blandos, como queso tipo feta, brie, azul y de estilo mexicano
• Huevos o productos derivados del huevo, crudos o parcialmente cocidos, tales como aderezos para ensalada, masa para galletas, mezcla para tortas, salsas y bebidas, como ponche de huevo
• Brotes sin cocinar
• Jugos de frutas y verduras no pasteurizados o no tratados
En los Estados Unidos, casi todos los jugos pasan por un tratamiento para eliminar los gérmenes. Esto hace que se puedan beber sin peligro. La FDA exige que todos los jugos que no han sido tratados tengan la siguiente etiqueta de advertencia (en inglés):
ADVERTENCIA: Este producto no es pasteurizado y, por lo tanto, es posible que contenga bacterias nocivas que podrían causar enfermedades graves en niños, personas de edad avanzada y personas con sistemas inmunitarios debilitados.

NUTRICION EN EL DEPORTE


INTRODUCCIÓN
Actualmente, debido a la pobreza en nutrientes de los alimentos a causa de los procedimientos de cultivo modernos, a los métodos de procesado industrial, y al hecho de que estamos expuestos a más factores oxidativos ambientales y de estrés psíquico que en la antigüedad, los alimentos por sí solos no pueden cubrir la demanda de micronutrientes, solicitada por nuestro organismo para mantener la salud.

En deporte de alto rendimiento hay que tener en cuenta, además, un factor añadido de estrés físico y psíquico, lo que provoca una oxidación y un consumo de sustancias esenciales mayor que la producida en la población normal, circunstancia que debe ser cuidada con atención por los deportistas.

Una alimentación equilibrada combinada con una suplementación adecuada de vitaminas, minerales y demás micronutrientes ayudará, no sólo en el logro de un rendimiento deportivo óptimo, sino en la prevención de lesiones innecesarias y como apoyo en la recuperación de las ya existentes, además de evitar problemas de salud general asociados.

* Alimentos recomendables

Obligados

* Frutas completas y jugos naturales no ácidos. 4 Raciones diarias.

* Verduras y hortalizas crudas, al vapor, al horno (de hoja verde, todo tipo de coles, raíces, etc). 1 Ración cruda (ensalada) y otra cocinada al día, como mínimo.

* Cereales integrales, al menos en un 70% de los totales ingeridos (arroz, trigo, avena, centeno, mijo, cous-cous, pasta, pan, etc) Legumbres (soja, lentejas, garbanzos, judías, guisantes, etc). Tofu, seitán. 2 Raciones diarias.

* Germinados (brotes de soja, de alfalfa, de trigo, etc). 2/3 Veces semanales.

* Semillas y nueces (en poca cantidad). 2 Veces semanales o más.

* Aceite de oliva virgen prensado en frío, aceite de lino. Diario.

* Pescado azul de aguas frías (salmón, arenque, sardinas, boquerones, caballa, trucha de río) Se puede sustituir por una cucharada diaria de aceite de lino. 2/3 Veces semanales.

* Agua mineral y jugos (3:1). 8 Vasos grandes al día (entre los dos).


Opcionales


* Lácteos. Es mejor tomar productos fermentados como yogur biológico (con bifidobacterias, etc) y quesos frescos (mejor de oveja o cabra). 1 Ración diaria, máximo.

* Carnes biológicas (mejor de caza o no estabuladas). Evitar el cerdo. 1 Vez cada 10 días.

* Huevos biológicos. 2 A la semana.



Se recomienda que todos los alimentos procedan de cultivos o cría biológicos, en la medida de lo posible, debido a la ausencia de pesticidas, metales pesados, antibióticos, hormonas y otras sustancias tóxicas, en su interior.

* Alimentos perjudiciales

Limitar su consumo al máximo, ya que, no sólo no aportan ningún nutriente, sino que provocan, tarde o temprano, trastornos en la salud. Son:


* Azúcar refinada y dulces.

* Grasas saturadas (de procedencia animal) y grasas Trans o hidrogenadas (margarina, bollería, aceites refinados, etc).

* Sal en exceso.

* Embutidos.

* Harinas blancas refinadas (pan blanco, pasta blanca, etc).


• Productos procesados industrialmente (productos preparados, precocinados, enlatados, en conserva) con conservantes o colorantes químicos.


* Carne roja y aves, en exceso (más de una vez por semana). Procurar que la carne sea de origen biológico o de caza. En especial, evitar el cerdo y la grasa animal.

* Tabaco y alcohol (sí se recomienda una copa de vino tinto bueno, diaria).