lunes, 11 de mayo de 2009

Clasificar los alimentos en buenos y malos

Es una práctica frecuente y muy equivocada, dado que ningún alimento es perfecto, completo y ningún alimento (tomado en cantidad adecuada) es perjudicial.
Es necesario conseguir una dieta correcta y un alimento aislado no puede transformar una alimentación inadecuada en adecuada, tampoco el consumo, esporádico, de un producto concreto puede hacer que una dieta correcta deje de serlo.
Sólo las pautas de carácter general encaminadas a mejorar la salud global del individuo son útiles, pero normalmente conviene que protejan frente a todas las patologías, y no frente a una en concreto.
En ocasiones al intentar evitar el consumo de un alimento, que se valora negativamente, en relación con la salud, control de peso, control de colesterol, etc., conseguimos un aporte de nutrientes insuficiente o una dieta total que perjudica nuestra salud en relación con otras patologías o incluso en relación con el problema que nos preocupaba inicialmente.
Cualquier pauta que agrupe los alimentos en recomendados y no recomendados, o en buenos y malos, es cuestionable. Lo correcto es establecer las proporciones concretas en el consumo de alimentos que permiten conseguir un beneficio sanitario, pero garantizando el mantenimiento de una buena situación nutricional.

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